Más sabe el diablo por viejo...
Es un día oscuro, desgraciadamente como muchos de ellos aquí. Para quien no sea de aquí y no se acostumbre acaba aborreciéndolo, menos mal que el País Vasco es precioso, algo bueno debía tener... En este día tan oscuro, nos encontramos en la Comandancia de Intxaurrondo en una pequeña sala en el sótano, desde aquí partiremos en breves instantes a un pueblo. Todavía no sabemos el nombre hasta que entra el Teniente a informarnos de lo que se llevará a cabo esta semana. Después de una charla informativa que dura unos 15 minutos, salimos de ese sótano. Antes de salir mi compañero coge el cubo de pintura y yo una carpeta, con nuestro mono blanco manchado ligeramente de distintos colores de pintura salimos por la Comandancia, no sin antes recordar al Teniente que se acuerde de pagarnos la obra del mes pasado. Como habéis logrado imaginar, ni los propios guardias tienen que saber que somos compañeros, por eso salimos con un cubo de pintura medio lleno, un rodillo extensible y un saco...